PUTUMAYO, COLOMBIA
19 Mayo, 2021
Las autoridades espirituales de los pueblos Siona, Inga, Karmentsá, Cofán y Coreguaje adherimos el Paro Nacional Indefinido y nos solidarizamos con las movilizaciones de las comunidades que con entrega y valentía se encuentran en este momento desarrollando mingas de resistencia, bloqueos de vías, marchas, tomas de predios petroleros, eventos culturales y espirituales.
Vivimos en un pais historicamente oprimido donde las ideas, la creatividad y la democracia se reprimen en baños de sangre. Un pais donde entre enero y mayo del 2021: 53 defensoras y defensores de los derechos humanos y de los derechos de la madre tierra han sido asesinadas y asesinados. Donde en el 2021, 21 firmantes de los Acuerdos de Paz perdieron la vida y donde se perpetraron 35 masacres contra la población civil. Un pais donde las fuerzas armadas, durante el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez, cometieron 6402 ejecuciones extrajudiciales. Un pais donde la protesta pacifica es criminalizada y la sociedad civil con pensamiento critico es tachada de terrorista.
Como autoridades espirituales rechazamos la violencia del modelo extractivista, insostenible y contaminante que vandaliza a la Madre Tierra y empuja nuestros pueblos al exterminio fisico y cultural. Un modelo impulsor de despojo territorial, de perdida de la soberania alimentaria y de perdida del dercho a la vida.
Rechazamos la violencia de los gobiernos que imponen este modelo y utilizan a las fuerzas armadas y la policia para reprimir a las comunidades campesinas poniendo pueblo contra pueblo.
Rechazamos los intentos del gobiernos Colombiano de interferir con nuestro derecho constitucional a la consulta previa libre e informada.
Rechazamos los intentos del gobierno de reactivar las aspersiones aereas de glifosato a traves del decreto 380/2021, en contravención de los Acuerdos de Paz.
Rechazamos la apropiación, la comercialización y la medicalización de nuestros saberes y medicinas ancestrales y expresamos que el uso indebido de las medicina sagradas generará mas sufrimiento, muerte y destrucción tanto para las comunidades indigenas como para quienes las usan y las comercializan. Ninguna sanación nace de procesos extractivos inconsultos y genocidas. Cómo demuestran las sentencias de la corte constitucional colombiana y los Planes de Vida y de Salvaguarda de los pueblos indigenas de Colombia, la apropiación cultural pone en riesgo la pervivencia de los pueblos. No puede haber “reciprocidad” y libre intercambio de saberes en un paradigma desigual, racista y genocida.
Rechazamos también la falsa solidaridad de ONGs ambientalistas e indigenistas que utilizan a las comunidades indigenas para recaudar fondos y extraer saberes e informaciones de nuestros territorios.
Llamamos a las organizaciones de la sociedad civil internacional y a los movimientos sociales a solidarizarse con la lucha del campesinado indígena, afro y mestizo, de la juventud y de todo el pueblo Colombiano, en defensa de la libertad y del derecho a la vida, en defensa de la Madre Tierra y en defensa de los Acuerdos de Paz entre el gobierno y las FARC ratificados en el 2016.
Seguiremos en resistencia apoyando el paro nacional indefinido por el derecho a la vida, el derecho a la cultura, el derecho a la espiritualidad y el derecho a convivir en armonía con la madre tierra, con el agua, con el aire, con los ríos, con los animales y con los espíritus de nuestros gloriosos ancestros que todavía habitan los territorios amazónicos.
ARRIBA LA LUCHA DEL CAMPESINADO INDIGENA, AFRO y MESTIZO
Y DE TODO EL PUEBLO COLOMBIANO
